12/22/2009

De Ney de los Santos - historias

Queridos Hermanos Vladi, Blas, César, Daniel Loshak, Simoncelli, Portillo, Blanca, Lara y familia, Tubino, etc.:

   Quiero contarles lo que hago y principalmente qué es lo que todavía no pude hacer en Brasil, para lo cual debo contarles mis últimos años en Argentina (Buenos Aires).

   En Argentina tuve un período antes y un período después de mi radicación. Antes de mi radicación, o sea antes de obtener mi documentación de permanencia, trabajé casi de cualquier cosa, por ejemplo pegué carteles, pinté letras, limpié y pinté barcos en La Boca, en el "Astillero Tandanor", "Astillero Príncipe & Mengi", "Astillero Alianza" (en La Plata). Tuve la suerte de un día estar pintando la obra muerta en un barco de la Shell, cuando cerca de mí pasaron conversando el representante del armador (propietario) y el contramaestre.
   El representante era un inglés... (sigue en "más información")


... el representante era un inglés que intentaba explicar al contramaestre la necesidad de pintar de amarillo las cajas de vapor y de verde las tuberías de agua potable. El contramaestre no entendía, y fue en ese momento que asomé mi cabeza envuelta en paños manchados de pintura y petróleo (supongo que mi rostro también) y dirigiéndome al contramaestre le pregunté si quería ayuda (yo estaba tirado debajo de una estructura pintando).

El hombre, medio estupefacto, me dijo: "¿y vos como vas a ayudarme?". Entonces, desde el suelo donde estaba tirado pintando, me dirigí al inglés y le dije "if you speak me slowly, l'll can understand you". Ahí la cara del inglés explotó de gozo por haber encontrado un canal de comunicación y finalmente traduje para el contramaestre, que parecía de piedra parado sin decir palabra.
Al otro día no fuí a trabajar: me puse una camisa blanca y corbata, me presenté en el departamento de ingeniería del astillero y me ofrecí como proyectista.

Eran épocas muy peligrosas pues reinaba la paranoia represiva con todos los llegados de Europa del este y también de Uruguay. Hablé de mi permanencia en Suecia y mis estudios en Jarkov —que obviamente imaginaron como una ciudad de Suecia— y finalmente me contrataron para trabajar con un ingeniero americano que estaba proyectando la red de vapor del navío "Bahía Paraíso" (con cuatro salas de máquinas y un heliocóptero destinado a llevar abastecimiento a la Antártida). Ese trabajo, aunque temporal, me volvió a la actividad de proyectista, me motivó y me sacó del barrio de La Boca.
Como proyectista mecánico trabajé en la fábrica de motos Zanella, años después en una fábrica de máquinas-herramienta (tornos, centros de mecanizado, fresadoras, etc.) siempre en proyectos (en este caso proyectos de dispositivos de fijación para soldadura de piezas). Años más tarde empecé a trabajar en una fábrica de básculas y balanzas y a partir de ahí compré un auto brasileño Chevrolet-Opala.
Luego abandoné las fábricas y comencé a trabajar de intérprete de delegaciones rusas, asociado al instituto "ICUS" y al consulado ruso. Visité con frecuencia el club Máximo Gorki invitado por la directora de la escuelita de ruso, la idea era agilizar comunicación en lengua rusa entre las profesoras.
En Buenos Aires participé de BONDEKO (hermandad en lengua lingala), el objetivo básico era ayudar a la cultura afroargentina, y a la afro en general, con la esperanza de tener un nexo de confraternización con las culturas indígenas .Con esta organización social y los sindicatos conseguimos hacer una manifestación que fue el cierre de diversos actos y expresiones públicas de apoyo por la libertad de "MANDELA", hasta que finalmente conseguimos que Argentina rompiera relaciones con Sudáfrica. También conseguimos que el secretario latinoamericano de lucha contra el APARTHEID tuviese sede en Argentina y fuese un afrodescendiente (Enrique Nadal).



EL DIA QUE PERDÍ EL MIEDO A LA ALTURA (esto es anterior, de años extremamente difíciles, de época de represión y barbarie):

Eran los años 70, llegaba la Navidad y yo estaba debiendo en la pensión que alquilaba: mi bolsillo hacía algunos días que ya experimentaba el estado de vacío. Fue allí cuando surgió la oportunidad de un trabajo de pintura en Dock Sud en una torre granelera de 40 metros de altura, hecha de perfiles de hierro montada sobre un edificio. Conseguí ser contratado eran pocos los que querían, a verdad que vista desde abajo no parecía tal alta..Llegó la hora y yo estaba allí con una lata grande de antióxido un rodillo de vara y una cuerda con gancho. Ya la terraza del edificio donde se erigía el pie de la torre me parecía alto y desagradable, pero cuando subí a la altura de 25 metros me dio una reacción muy parecida al terror. Mis músculos se trabaron y me adherí al metal de la escalerilla, no podía ni subir ni bajar y quedé inmóvil por algunos minutos, había seis u ocho obreros arriba, en su mayoría paraguayos, chilenos y correntinos, que cuando vieron que no subía me preguntaron gritando -"¿qué pasó, de los Santos?", y yo argüí un problema con la lata de pintura.
Bajé, respiré más tranquilo y pisé tierra firme. Para no abusar mucho del tiempo de Uds. les cuento el final. En la tercera tentativa conseguí subir hasta la cima de la torre de 40 metros, donde había tablones amarrados a la estructura de hierro y por donde nos desplazábamos "sin cinto". ¿Por qué estoy contando esto? Porque allá arriba yo era el único de los 6 u 8 trabajadores que se desplazaba ¡en cuatro patas!, en tanto que ellos caminaban erguidos por los tablones. Y aquel grupo de trabajadores de precaria escolaridad tuvo la gentileza de incentivarme preguntándome cosas de Rusia, y eso me fue distrayendo y dándome coraje y dignidad, siempre respetando la condición de no mirar para abajo nunca. Esa fue la demostración de una fuerte "fraternidad obrera" surgida naturalmente desde lo más profundo del alma humana, comparable solo a la fraternidad obrera que me abrazó en Moscú y Ucrania (pero eso es otra historia).
Queridos: no quiero cansarlos, pero quiero contarles muchas cosas que les faciliten a Uds. entender mi actual universo brasileño. No estoy siendo muy consecuente con las respuestas porque estoy corriendo detrás del planeamiento de obra de cañerías de diversas redes de la Usina Termoeléctrica de Candiota, en la cual pienso presentar una propuesta no para la organización técnica, sino para la interrelación personal (existen varios conflictos, algunos explícitos y otros implícitos, en el tema de la diversidad cultural). Espero no estar aburriendo, apenas les muestro algunos de los temas prioritarios que me preocupan.
Un abrazo y no dejen de escribirme. Tal vez sea posible hacer un "Banco de Historias Lumumberas".
¡FELICES FIESTAS!

3 comentarios:

  1. Hola Ney,
    supongo que sos un hombre, supongo que sos lumumbero, supongo que sos mas viejo que yo, o quizas no, vaya a saber uno. Me encanto tu "relatorio". Soy médica egresada de la Lumumba, y ademas escritora, y me gusta leer por supuesto. Escribime a mi mail: soto.k.martina@gmail.com Quisiera una obra "colectiva" para las anécdotas.
    Un abrazo

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  2. Hola hermano por aqui hay un BONDEKO, espero veas esta publicacion donde te encuentres. Comunicate por favor, buscame en y cherepufaldero-yahoo.com.ar o a unbawanyembocapaso-hotmail.com Un fraterno abrazo

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  3. Que tal Ney tantos años ? Si ves los correos anteriores, escribí a cualquiera de los dos será un placer... Miguel Rios

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Comentario:

Saludo de fin de año

AEU(PUA) желает вам весёлого настроения и счастливого Нового года!



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